Se alarga el confinamiento. En nuestros ratos libres se nos acumula el ocio y las propuestas de ejercicios para mantenernos en forma, pero, ya que pasamos tanto tiempo en casa, deberíamos mantener los alérgenos a raya. Con este tiempo “extra” en nuestro domicilio podemos aprovechar y hacer esa limpieza a fondo que nos permitirá mantener nuestra casa limpia de patógenos, como el COVID-19, pero también libre de alérgenos.
¿CÓMO LIMPIAR TU CASA PARA ASEGURARTE LA ELIMINACIÓN DE ALÉRGENOS?
Limpia los muebles, a menudo, con un paño húmedo. El orden es importante: debes empezar por la parte superior de los muebles e ir descendiendo. De esta forma, el polvo, los ácaros y otros alérgenos quedarán impregnados en el paño húmedo y no se diseminarán por el aire, cosa que sucede con los plumeros, que están altamente desaconsejados.
Si tienes alfombras o moquetas, que no son para nada recomendables si algún miembro de la familia es alérgico al polvo o los ácaros, debes limpiarlas a menudo con una aspiradora potente, en el sentido contrario de las fibras.
Las cortinas deben lavarse a menudo puesto que acumulan mucho polvo o atrapan el polen cuando abrimos las ventanas. Un lavado periódico con agua y jabón será suficiente.
Lava las sábanas y cubrecamas semanalmente en agua caliente y con detergente o jabón. En la medida de lo posible, exponlas al sol. Recuerda que el sol es un aliado contra los alérgenos, reduce los ácaros y el moho.
Las ventanas deben permanecer también limpias y deben abrirse periódicamente para ventilar la casa. En este sentido, será recomendable abrir en las horas donde se registra menor actividad polínica, por la noche, por ejemplo.
Si tienes un sistema de climatización por aire, limpia los filtros una vez al año. Si este año aún no lo has hecho, ¡aprovecha a hacerlo ahora! Recuerda que tanto la calefacción como el aire acondicionado resecan el ambiente, este hecho juega a favor nuestro en la lucha contra los ácaros y moho. Haz uso de ellos.
Evita que surjan humedades, ventilando baños y cocina, y vigila que no haya escapes de agua. Limpiar con lejía la bañera, lavabos y zonas que se humedezcan a menudo ayudará a reducir las esporas de mohos, que son también unos alérgenos que debemos mantener a raya.
¿CÓMO MANTENER TU CASA LIBRE DE PATÓGENOS?
Si quieres ir un paso más allá y hacer de tu rato de limpieza un proceso de desinfección solo debes añadir a tu rutina de limpieza un desinfectante, estarás luchando contra el COVID-19 de forma activa, tanto si ya lo has pasado como si no.
Es especialmente recomendable mantener una rutina de desinfección del hogar muy asidua en el caso que haya algún miembro de la familia con COVID-19. En este sentido, si alguno de los que convivís en la misma casa se ha contagiado de COVID-19, debe aislarse en alguna habitación de la casa, con ventilación, y en la medida de lo posible, permanecer la mayor parte del tiempo fuera del contacto con el resto de personas que viven en el mismo domicilio. Si es posible, deberá usar un baño exclusivamente para él y, al limpiarlo, siempre usar desinfectante. Además, si alguien cuida de él, debe acceder a la estancia donde permanece aislado cubierto con guantes y mascarilla, y al salir, lavarse muy concienzudamente las manos.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades Infecciosas (CDC) recomienda limpiar y desinfectar las superficies, en primer lugar, con agua y jabón o solución de limpieza y después desinfectarlos con una solución casera de lejía (4 cucharaditas de lejía en un litro de agua) o bien una solución desinfectante con base de alcohol (debe contener al menos el 70% de alcohol). Es muy importante desinfectar además de limpiar, las superficies o zonas que tocamos más frecuentemente, como las mesas o encimeras, los pomos de puertas o manijas, los interruptores de luz, los teléfonos o teclados, y, en el baño, los inodoros, grifos y lavabos.