Convivir con el polen es tarea complicada, y más cuando se vive en zonas con mucha concentración.
El aire de las ciudades está muy cargado y es importante que respiremos aire fresco de vez en cuando. Para ello, es recomendable ir a la playa, donde además de aire limpio, encontramos muy bajas concentraciones de polen. ¡El ambiente ideal para unas vacaciones o para desconectar!
La playa beneficia a las personas que padecen alergia mejorando sus síntomas ya que la presencia de alérgenos es menor. El agua del mar es un buen método natural para limpiar las fosas nasales, ayudando a mejorar la respiración.
El aire de la playa es más limpio, fresco y puro que el que circula por las calles de la ciudad, de modo que puedes aprovechar para practicar deporte, dar un paseo o simplemente relajarte.
No obstante, vivir cerca de la costa puede tener complicaciones para una persona con alergia. Los niveles de humedad favorecen la proliferación de los ácaros, por ello es importante mantener una limpieza regular del mobiliario y la ropa, así como la utilización de filtros para aparatos de ventilación.
La playa es un buen refugio para huir de los alérgenos en un entorno natural, así que aprovecha el calorcito, date un chapuzón ¡y a disfrutar!
¿Cuál es tu refugio para evitar los alérgenos? ¿Tienes algún sitio predilecto en el que encuentras la paz y estás a salvo? 🙂