El dormitorio es una de las estancias donde más tiempo podemos llegar a pasar, sobre todo en el caso de los niños y, más importante, donde solemos descansar. En la cama se regenera nuestro cuerpo noche tras noche y debe ser un espacio tranquilo y cómodo en el que podamos reposar y renovarnos.
Para las personas que sufren alergia, mantener su habitación como un santuario libre de alérgenos puede ser complicado. Compartimos cama con unos dos millones de ácaros, y teniendo en cuenta que pasamos una media de 53 horas semanales en este espacio, hemos de tener especial cuidado.
Para mantener nuestro espacio más íntimo libre de agentes tóxicos y alérgenos podemos llevar a cabo diferentes rutinas:
- Unas puertas y ventanas aislantes son la primera barrera que evita la entrada de alérgenos en nuestra zona de confort.
- Las paredes de nuestra habitación, mejor pintadas y, a poder ser, con materiales plásticos fáciles de limpiar. Olvida las paredes empapeladas ya que son foco de ácaros.
- Respecto a la ropa de cama, es mejor utilizar telas de origen natural, especialmente de algodón, y lavarla a menudo con agua caliente (60º). Si por el contrario se utilizan telas sintéticas que evitan la acumulación de polvo, es necesario aspirarlas regularmente. Es recomendable cubrir colchones, almohadas y bases de somier con fundas anti-ácaros, fabricadas con telas a prueba de polvo.
- Mantener limpio el aire de la habitación. Ventilar nuestro espacio de descanso es vital, y con 5-10 minutos es suficiente. Evita ventilar a primera hora de la mañana o primera de la tarde, que es cuando más concentración de polen en suspensión se registra.También puede ser útil tener plantas. Más allá de la función decorativa, estos seres vivos contribuyen a purificar el aire que respiras. Muchas plantas de interior se utilizan con este fin, como los potus o el bambú.Además de una planta, un purificador de aire puede ser una buena opción para mantener el aire limpio y el ambiente libre de alérgenos como el polen.
- Muebles. Es mejor tener pocos muebles y los que se tienen que sean de cortes rectos y superficies lisas, que faciliten la limpieza. Además, la facilidad para moverlos será una ventaja a la hora de limpiar debajo y alcanzar recovecos que frecuentemente descuidamos y donde se acumula una gran cantidad de polvo. Rincones de difícil acceso como debajo de la cama, cajoneras o el interior de algunos muebles no reciben la limpieza necesaria y se convierten en fuente de ácaros, así como las cortinas, alfombras y cajas de ropa, que favorecen la acumulación de estos microorganismos.
- Sobre las cortinas hablamos en un post anterior, en que explicamos cuáles son las mejores opciones para los alérgicos.
- Aspirar o pasar la mopa en lugar de pasar la escoba. Al barrer se levanta más polvo que al pasar el aspirador, que lo absorbe sin removerlo. Presta especial atención a moquetas y alfombras si no puedes evitar tenerlas, y aspíralas con regularidad.
- Higiene. Ducharse al llegar a casa y ponerse ropa libre de alérgenos como el polen, así como no entrar con calzado de calle a la habitación nos ayudará a evitar los alérgenos.
Con estos consejos podrás descansar libre de alérgenos y de los pesados síntomas de la alergia al polen.
¿Conoces algún truco más para garantizar el mejor descanso? Cuéntanoslo, ¡y dulces sueños!
Autora: Dra. María Luisa Tamarit, Licenciada en Medicina y Cirugía (Colegiada en el Col·legi Oficial de Metges de Barcelona, Núm. Col. 22689)