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¿Qué es la atopia y cómo se relaciona con la rinitis alérgica?

atopia

Dr. Antonio Mimoso, colegiado nº 54436

La atopia es una condición que nos hace más predispuestos a todo tipo de afecciones alérgicas, como la rinitis alérgica, el asma o las alergias alimentarias. Por eso, a menudo estas patologías aparecen juntas en personas que, además, tienen la piel muy sensible, atópica o con tendencia a eccema.

Un nuevo enfoque de estas enfermedades en su conjunto, y a partir de sus posibles mecanismos, nos da muchas pistas de cómo se relacionan entre sí y qué tratamientos globales se pueden encontrar.

¿QUÉ ES LA “MARCHA ATÓPICA”?

Se denomina “marcha atópica” a un fenómeno que cada vez es más frecuente: la aparición de enfermedades alérgicas que se presentan por primera vez en la infancia y en un orden determinado. En bebés y niños pequeños se manifiesta por primera vez en forma de dermatitis atópica, tras la que a menudo aparece alguna alergia alimentaria. Después, a lo largo de la infancia, se desarrollan gradualmente asma alérgico y rinitis alérgica. En ocasiones, estas alergias se resuelven solas con la edad, pero en otros casos se mantienen durante años o, incluso, toda la vida.

La aparición de estas patologías relacionadas se debe a la suma de determinados factores ambientales y genéticos que provocan que algunas personas sean más susceptibles. Esta susceptibilidad es lo que llamamos “atopia”.

¿A QUÉ SE DEBE LA ATOPIA?

Aunque no se conocen con exactitud los mecanismos que producen la atopia y provocan la aparición de las enfermedades asociadas, la investigación a lo largo de los años nos ha proporcionado algunas pistas.

La teoría que más aceptada está explica que todo comienza por una disfunción de la barrera protectora de la piel. La barrera epitelial tiene varias funciones defensivas: actúa de barrera contra los microbios y contra los agentes químicos y físicos, como por ejemplo los alérgenos. Si esta barrera está dañada, como ocurre en la dermatitis atópica, la piel se vuelve permeable a estas partículas.

Cuando los alérgenos penetran en una piel dañada, ocurre una sensibilización inmunitaria que puede llevar al desarrollo de una alergia. Algunos estudios han relacionado los daños en la barrera epitelial con la sensibilización alérgica a alimentos como el cacahuete o el huevo, así como con la aparición de asma y rinitis alérgica.

El origen del daño en la barrera epitelial puede ser de distinta naturaleza: pieles muy secas y sensibles, factores genéticos, factores de estilo de vida… Algunos investigadores han señalado que también podría relacionarse con una alteración en la microbiota normal de la piel y del intestino, aunque no está claro si esta alteración puede ser causa o consecuencia de la pérdida de barrera protectora de la piel.

PREVENCIÓN Y TRATAMIENTOS DE LA ATOPIA

La atopia es una disfunción generalizada, y como tal, se pueden llevar a cabo intervenciones globales para reducir su intensidad, prevenirla y tratarla. En base al conocimiento actual, estas son algunas de las recomendaciones para reducir el riesgo de atopia desde el nacimiento:

  • Mantener la lactancia materna durante al menos los primeros 6 meses de vida o más, ya que se relaciona con un menor riesgo a largo plazo de dermatitis atópica y de otras enfermedades alérgicas en los bebés y niños.
  • Evitar la exposición al humo de tabaco, porque aumenta el riesgo de sensibilizaciones alérgicas en los niños.
  • Evitar la exposición excesiva de los bebés y niños pequeños con mayor riesgo a alérgenos como el polvo, el polen, las cucarachas y los mohos.
  • Tener contacto con una mascota (perro o gato) durante el primer año de vida reduce el riesgo general de sensibilización alérgica durante la infancia. No obstante, debemos tener cuidado en niños con historia de asma, ya que podrían empeorar sus síntomas.

En cuanto a los tratamientos una vez se ha instalado la atopia, actualmente contamos con un amplio abanico de fármacos que nos pueden ayudar a aliviar los diferentes síntomas de las alergias: desde lociones para la piel atópica, hasta medicamentos orales o tópicos para el asma y la rinitis alérgica. Junto al pediatra, las familias pueden trazar un plan terapéutico completo que ataque las diferentes manifestaciones de la atopia, para mejorar en calidad de vida y evitar que se desarrollen nuevas alergias.

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